miércoles, 15 de noviembre de 2006

UN MUNDO FELIZ

Hay carreteras, trenes, y todas las calles están pavimentadas. Los ayuntamientos urbanizan los terrenos antes de que las constructoras pongan ahí las viviendas y las empresas de construcción están obligadas a contratar seguros que garanticen las viviendas durante varios años después de su entrega, de manera que la calidad de las mismas es bastante aceptable.

En los periódicos se pueden leer, todos los días, noticias que hablan de los miles o millones de euros que se invierten en un proyecto y en otro. Los sueldos de los funcionarios de primer nivel son razonables de acuerdo con el ingreso medio de la población en general, y no de acuerdo con el ingreso total de otros funcionarios de su supuesto mismo nivel. Los aparatos burocráticos tienen un tamaño razonable, de acuerdo con las necesidades de la población, y funcionan de manera ágil y amable. Además, los empleados de gobierno tienen que competir entre los mejores para acceder al puesto solicitado, mediante exámenes regulados llamados “oposiciones”.

Las cajas de ahorros funcionan bien y hacen labor social. No timan a los ahorradores. El sueldo mínimo fijado por el gobierno alcanza para vivir. Hay parques con juegos para los niños, mesas de ping pong, canchas de básquet bol, pistas de patinaje públicas y de libre acceso y un montón de centros cívicos a donde pueden acudir los jubilados a leer gratis el periódico y a entretenerse en sus bibliotecas o con sus juegos de mesa. En ellos también se imparten clases de diversas cosas (desde dibujo y fotografía hasta cerámica, deportes, bailes, etc.) con precios accesibles, adjudicados mediante sorteos, según el número de solicitudes, y con duración general de 1 año.

Está mal visto obligar al trabajador a hacer horas extras “gratis” y está bien visto irte en el momento mismo en que el reloj dice que tu jornada laboral ha terminado. En el verano, las jornadas laborales se recortan para que la gente pueda disfrutar del buen tiempo. Por ley, la gente tiene derecho a un mes de vacaciones por año.

Los servicios de salud del gobierno funcionan razonablemente bien. No hay que perder varias mañanas en los trámites y las citas con el médico se pueden pedir por teléfono y, en atención primaria, generalmente te la dan para el mismo día en que la pides.

Si te quedas sin trabajo, cobras una mensualidad del gobierno mientras encuentras otro trabajo. No es necesario ponerle a tu coche candados y todo tipo de alarmas y seguros. Lo peor que le puede pasar es que alguien le dé un golpe al estacionarse, si lo dejas en la calle. Los últimos robos de coches que hubo fueron porque unos pubertosos se aburren demasiado y roban coches para ir a hacer trompitos. Pero nunca por negocios. No hay mafias de robacoches ni de secuestradores.

Los sindicatos no existen por profesiones, sino por organizaciones políticas y no tienen poder sobre ninguna plaza de trabajo. Cada trabajador es libre de pertenecer o no a un sindicato y de decidir a cuál de ellos quiere pertenecer. Y los sindicatos, salvo contadas ocasiones, luchan por mejorar los sueldos, aumentar las vacaciones y disminuir las jornadas laborales de su trabajadores, y no por mantener a sus “chiquiados” en puestos en donde “no hay que hacer nada”. En pocas palabras: Los sindicatos están obligados a ganarse la afiliación de sus trabajadores para subsistir. No tienen ningún poder que no sea el de negociar contratos colectivos y sus derivados y muchas veces tienen que ponerse de acuerdo entre varios sindicatos para un mismo asunto, lo que genera una sana competencia.

El transporte público está subsidiado. Los choferes tienen jornadas laborales dignas, uniforme y buenos autobuses, además de buen trato hacia los usuarios. Son puntuales y no andan jugando carreritas, ni arriesgando la vida del prójimo. Casi no tienen accidentes.

Las bicicletas tienen ganado el respeto de los automovilistas. Éstos están obligados a tomar un carril diferente del que es usado por un ciclista o a frenar si no puede rebasar a una distancia prudente. Los coches se detienen en los pasos de cebra para que crucen los peatones. Puedes salir por las noches de copas sin miedo a que, por ser de noche, te asalten o te secuestren.


Todo esto y más es real. No me lo estoy inventando. Existe en muchos lugares de Europa. Y estoy segura de que se puede lograr en México. El camino es largo, pero posible. Todo es cuestión de que lo busquemos, de que exijamos más y mejor educación, de que cambiemos la forma de funcionar de los sindicatos y del gobierno y de que nosotros mismos trabajemos de manera más eficiente, dentro de nuestras horas, y exijamos nuestro derecho. Será un buen ejemplo para nuestros hijos.

Mie. 14/jul/2004 08:38

0 Kalimotxos:

Publicar un comentario