miércoles, 15 de noviembre de 2006

LA MITAD

Siete de 14. Nada mal. De una manera o de otra, parece que al menos la mitad de los secretarios del gabinete presidencial trabajan. Lo que no sabemos es si trabajan los 7 que acudieron a la firma del susodicho convenio que crearía la ilustre Comisión Intersecretarial para el Desarrollo Social, o si trabajan los 7 que no fueron.

Porque tengo entendido que el primer jefe en el país es el pueblo. Básicamente porque es el que paga los sueldos de todos esos señores que aparecen continuamente en los periódicos diciendo barbaridades a diestra y siniestra y que afirman administrar nuestros recursos. Como quien dice, opinando sin asesoría (cerebral). Ergo, como el pueblo, aunque paga no manda, el siguiente jefe en cuestión sería el señor Presidente. Lo que no sabemos es si el ilustre don Fox medio manda y sus subordinados medio le obedecen. Porque, o la firma del “histórico y relevante” convenio (según espléndidas palabrejas de doña Josefina Vázquez Mota, principal interesada en sacarle brillo al evento, por ser la titular de Desarrollo Social) no era tan histórica ni tan relevante, o la mitad de los citados son rebeldes y osaron desatender la atenta invitación de su señor jefe a la firma del documento en cuestión.

Al final, parece que la otra mitad de los citados firmarán en privado, quizá cada uno en su despacho, con lo cual da la impresión de que en ocasiones la frivolidad invade los actos de gobierno, en aras, quizá, de más votos y en detrimento del trabajo útil que puedan realizar “nuestros empleados”.

Lo ideal sería que los partidos se promocionaran con hechos y con resultados favorables que afecten a más mexicanos, en lugar de con un montón de basura que quedan mucho tiempo en las calles y que luego tienen que remover los ayuntamientos, con el costo que eso implica.

En todos los niveles de gobierno (federal, estatal y municipal) existen partidas de comunicación social que deberían servir, principalmente, para informar a la población de cosas puntuales y útiles para la misma población. Y en otro nivel, para informarnos de lo que están haciendo con NUESTRO dinero.

Desafortunadamente, en muchas ocasiones este poder informativo se enfoca más en limpiar imágenes de un gobierno ineficiente que en informar y es ahí donde se desvirtúa la cosa.

Los discursos de campaña suelen girar principalmente en torno a los pobres, al desarrollo económico y al bienestar social. En ocasiones, los de gobierno también, como en este caso. Los discursos pueden ser muy bonitos, sí. Pero los resultados lo son más. Ojalá y veamos posteriormente, en esos dineros de comunicación social, la virtud de esta medio firma que recientemente se ha medio celebrado. Si la mitad de los mexicanos pobres dejaran de ser pobres, que no de ser mexicanos, ni mexicanas, a lo mejor pasaremos de sentirnos completamente engañados a sentirnos sólo medio engañados. Algo habremos ganado.


Mar. 27/jul/2004 06:10

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