lunes, 22 de enero de 2007

LA SUERTE DE LA FEA

Yo no creo en la suerte. Pero hay ocasiones en las que se podría creer que existe, aunque a mí me gusta más bien pensar en que es el destino o el karma los que deciden esas cosas que nos ocurren sin que nosotros tengamos mucho poder sobre ellas.

En general, en la vida se ganan pocas cosas por sorteo. Algún reintegro en la lotería y cosas así. Pero nada más. La primera cosa que gané fue una canasta navideña llena de "delicatessen" en una posada en mi último trabajo. Fue la primer y última navidad que celebré con mis compañeros de la radio (al año siguiente me vine a Europa y me quedé en España) y me gané el premio más gordo. Pues sí. Me puse muy contenta. Y disfruté mucho de la canasta porque la pude compartir con mi familia.


La segunda cosa que gané fue hace poco. En noviembre, para ser exactos. Y fue un pelín más grande: Un viaje al Caribe. Al principio me costó creerlo. Lo primero que pensé es que se trataba de un timo o, como dicen aquí en España, de una engañufla. Y me dije que hasta que no estuviera sentada en el avión no me lo creería. Pero era cierto. Nos fuimos en tren a Madrid e hicimos un viaje que no es el mejor de nuestras vidas (he viajado demasiado como para que una semana en el Caribe se convierta en el mejor viaje de mi vida, por mucho que haya sido gratis) pero sí uno que ha sido muy rentable porque hicimos nuevos amigos.

Las vacaciones nos cayeron como anillo al dedo, por supuesto. Y el sol también. Y además el conocer un país que, de entrada, no se me había ocurrido visitar: República Dominicana. No es que le hiciera el fuchi, pero es que siendo yo de México y habiendo pasado ahí 5 semanas de luna de miel el verano pasado, recorriendo medio país, pues República Dominicana no viene a cuento cuando hay países que son diferentes a México y que todavía no conozco.

República Dominicana tiene similitudes a México en cuanto a la vegetación, la arquitectura y la estructura turística, aunque en pequeñito. Y tiene de diferente que la mayoría de la población de RD es de raza negra. En México es más bien difícil encontrarse con un negro. Yo sólo recuerdo haber visto uno en toda mi vida allá. Y que en lugar de tequila beben ron. Yo en lo personal prefiero el tequila. El ron no me suele caer muy bien que digamos.

El caso es que descansamos, hicimos algunas excursiones, nos divertimos mucho y ganamos como amigos a una pareja de gallegos que viven en Vigo. Un gran regalo.

Lo último que gané, que tiene menos suerte y más mérito, fue un concurso de cuentos y relatos breves, con un relato titulado "El Señorito Filomeno". Es el primer concurso literario que gano y esperemos que no sea el último. A lo mejor porque éste premio sí era creíble cuando me avisaron que había ganado, lo disfruté más que cuando me dijeron lo del viaje a Punta Cana. Brincaba de contenta y no podía borrar la sonrisa de mi cara.

Y después de toda esta presunción, deduzco que en la vida se disfrutan más los triunfos que la suerte. No desdeño a la suerte. Nunca vienen mal unos milloncitos del Euromillón. Pero el orgullo de sentir que se ha hecho algo lo suficientemente bien como para que sea reconocido es insuperable.

Ojalá y todos los que lean esto puedan experimentar alguna vez estos sentimientos. Si no es así, ojalá y tengan buenos y verdaderos amigos. Es cursi, pero son muy valiosos.

Feliz Año de la suerte, 2007