Por los pelos, pero aprobé. Y ahora que lo he hecho no entiendo cómo es que tanta gente se saca el carné de conducir. Los examinadores son unos tiquismiquis y la gente que hace el examen apenas si saben controlar el vehículo, como para andar poniendo atención en tantas señales que se ponen aquí.
Tuve que madrugar porque tenía que estar a las 9 en mi primera clase de Escuela de Espalda. La verdad es que estuvo bien tener esa cita antes del examen, porque incluía sesión de relajación y me cayó bastante bien. Hoy nos conocimos todos los asistentes y, por lo visto, soy la que está menos peor, lo cual no es ningún consuelo. Y, cosas de la vida, me ha tocado hacer el curso con la mamá de uno de los amigos de Juanjo, que la operaron el año pasado y, por lo visto, no está muy bien. O, al menos hoy iba la pobre con el ánimo en los calcetines. Es la que peor está de todos y se mueve con mucha dificultad.
Lo chido de la sesión es que, por una vez, parece que se tiene plena libertad de hablar de los achaques sin que la tachen a una de hipocondriaca. Le comentaba a Juanjo que igual y estaría bien que hicieran una especie de "Alcohólicos anónimos" pero para gente que tiene este tipo de males. Poder ir a una sesión de desahogo siempre que tenga uno el día tonto o el ánimo en los calcetines con personas que te entienden y que no te juzgan, porque sufren lo mismo que tú. Pero me parece a mí que los males de espalda todavía se trivializan mucho, por más que abunden con contundencia entre la población en general.
El caso es que salí de mi sesión relajada, pese a que estuve más bien nerviosa toda la mañana por el tema del examen. Pero al menos conseguí relajarme durante el ratito que duró la sesión, y disfruté del cojín caliente que nos pusieron a todos durante la misma.
Sin embargo, pronto se fueron los efectos de la relajación. Se suponía que el examen empezaba a las 12 del día. Yo llegué al bar donde quedamos a las 11:45, porque estaba cerca de donde lo de la espalda. Y el coche de la autoescuela llegó después de las 12:30. Así que tuve más de 45 grandiosos minutos para cultivar mi nerviosismo, pese a que llevaba un libro para pasar el rato. Pero cuando tienes que estar al pendiente de si ha llegado un coche, tampoco se disfruta la lectura como se debe. No soy nerviosa como la mayoría de las personas, que les da un poco la histeria y se agobian. Yo noto que estoy nerviosa porque me dan muchas náuseas. Y tuve náuseas casi desde que me levanté en la mañana. Cuando llegó el coche ya me notaba yo casi temblando, lo cual es indicativo de que estaba yo verdaderamente nerviosa. No suelo ponerme nerviosa con los exámenes, pero tanto vas sabiendo de gente que reprueba por pendejaditas que, de tanto repasar todo lo que te ha dicho el instructor al final te queda la sensación de que en algo la vas a cagar.
Y no es difícil hacerlo. Me considero afortunada de que el tema "coche" lo tengo perfectamente dominado. Es decir, que cuando manejo el coche es como una extensión de mi cuerpo, lo hago de manera automática, lo que me permite dedicar el 95% de mi atención a las señales, los semáforos, los peatones, los otros coches y las instrucciones que me habían dado para el examen.
En el coche íbamos cuatro personas: Al volante el examinado, en el asiento del copiloto el instructor, que permanece callado durante todo el examen, a menos que el examinador indique otra cosa, y atrás van el otro examinado y el examinador. Y yo había quedado con el instructor ayer que, como tengo experiencia, no me importaba hacer el examen primero o después. Así que lo hice después. Y, por lo visto, la muchacha que lo hizo primero también iba muy nerviosa. Iba haciendo alto total en todos los "cedas" (ceda el paso), al grado de que el examinador la conminó a no hacerlo y le dijo que había que distinguir entre los cedas y los "estops". Luego la llevó por carretera, una regional pequeñita y casi sin tráfico. Pero ella no pasó de tercera y tampoco de 40 kms. por hora. Finalmente, para el estacionamiento no pudo meter reversa y se puso más nerviosa y al final el instructor tuvo que ayudarla a estacionarse.
Después de eso me tocó a mí. Y en la primer glorieta había un "estop" (stop. ¿Por qué no lo ponen en español?) que no vi, así que lo hice como si fuera un ceda. Eso es suficiente para que "te trinquen". Me salvó que el resto del recorrido lo hice impoluto y que para el estacionamiento elegí un lugar estrecho y metí el coche en dos movimientos. Como suelo hacerlo de normal. Al parecer, también contó que cedí el paso a unos peatones que, a primera vista, no se veían. Todo eso, sumado a los que ya habían trincado a lo largo de la mañana, me salvó el pellejo (por lo visto iba a quedar mal trincarme a mí también. A mi compañera no le aprobaron el examen). Eso y que el instructor le dijo al examinador que sí que había visto el stop, pero que me lo pasé como lo hace todo el mundo, sin detenerme por completo...
En fin. Te la hacen mucho de emoción. Cuando acabó el examen, el examinador nos pidió que bajáramos "un momento" del coche. Y claro, como es un momento, no atinas a decir que te abran la cajuela para sacar tu abrigo. Así que te quedas ahí, a la intemperie y con lo puesto. Con 3 grados de temperatura. Y de momento nada. Estuvimos ahí, como paletas Manhattan más de 5 minutos, mientras veíamos a través de la ventana trasera del coche discutir al examinador y al instructor. Un poco como la deliberación del jurado en las películas gringas, pero en pequeñito. Mi compañera ya se olía que no iba a aprobar. Yo esperaba hacerlo, pero seguía muy nerviosa.
Finalmente salieron del coche y lo primero que se escucha es, en boca del examinador "Bueno, fulanito, ya no te entretengo más". >_<
Pero no ves que tenemos escarcha en las pestañas, so cabrito!!! Y tú ahí, calientito dentro del coche, arreglando el mundo!!!
En fin. La noticia de que aprobé, aunque fuera por los pelos, me quitó todo el malestar del frío y demás. La otra pobre chica, bueno. Recibiendo instrucciones para proseguir con las clases. =/
Un besito para todos los que tienen licencia de manejo. Dos para los que la tienen que conseguir. Tres para los que tienen dolor de espalda.