viernes, 28 de junio de 2013

NUEVO BAR

Me he distanciado mucho de mis relatos blogueros, sobre todo desde que caí rendida a los brazos de la maternidad. Y es que dudaba al caer en la tentación de convertir mi blog en un asunto estrictamente maternal,  porque es el tema que domina mi vida desde hace poco más de 3 años y porque las madres nos volvemos monotemáticas muchas veces. Pero últimamente he estado pensando que, ahora que tengo más medios (tablet, smartphone potente, etc.,) es verdaderamente triste no aprovecharlos y hacer que este antro de ideas irredentas resucite de entre sus cenizas del olvido.

Así que inauguro esta nueva temporada de cotidianeidad invadida de maternidad, e intentaré no volverme monotemática para no aburrir al personal.

Este año no tendremos verano. El sol se deja ver por Vitoria, sí, pero con discreción, con viento y con frío. Tuve el buen tino de hacerme una permanente en el cabello a finales del año pasado y la lluvia me ha causado una molestia menos (la de estropearme el planchado del cabello, ya que a mis rizos les da igual). Pero la permanente no ayuda a quitarse de encima la depresión que producen los meses invernales. Así que me da que la próxima primavera mis niveles de depresión estarán elevados al cuadrado, al no haber vacaciones de tristeza invernal este año. =P

A menos que alguien se apiade de esta familia y nos inviten a algún lugar paradisiaco a cargar las pilas. Eso, como buena obra del año, estaría muy bien. Seguro que el resto de vitorianos agradecen que una vuelva de mejor humor, a pesar de haberse perpetuado el invierno por estos lares.

Un besito a los que todavía pasan frío. Dos a los que pasan demasiado calor. A los que viven en lugares paradisiacos  ninguno. Qué mala es la envidia!