miércoles, 25 de julio de 2007

LOS BENEFICIOS DE LA SGAE


Son las siglas de "Sociedad General de Autores y Editores" y ejercen en España, aunque tienen sus "equivalentes" en muchos otros países. Dicen tener más de 66 mil socios y defender la obra intelectual de los mismos. Hasta ahí, vamos bien. La cosa empieza a tener cojones cuando:

A) Cobran un "canon" en TODOS los CD's, DVD's y materiales de esa índole adquiridos de manera "legal" en España. Es decir, que si tú vas al Corte Inglés, Fnac o cualquier otro comercio debidamente acreditado y establecido y compras uno de esos materiales, pagas un "canon" que va a dar a la SGAE.

B) Cobran un "canon" en TODOS los CD's y DVD's vírgenes que se adquieran en el mismo tipo de comercios mencionados en el inciso A.

C) Cobran canon a los bares, restaurantes, discotecas y demás tugurios que tengan una televisión o estéreo con música para disfrute de sus clientes.

D) Cobran canon a las emisoras de radio por la música que emiten (cuando sin la radio, los que se dedican a la música caerían en picado, porque muy pocos se enterarían de lo que han producido).

Y, entre muchos otros cánones que seguramente me dejo sin mencionar, ahora pretenden cobrar canon también por la banda ancha para Internet, por las computadoras que se vendan, según la capacidad de memoria que contengan, etc.

Todo esto bajo la premisa de que "todos somos delincuentes en potencia". Es decir, que todas esas herramientas se usarán, PROBABLEMENTE para delinquir (o sea, para hacer copias ilegales y distribuirlas a mansalva por doquier y/o forrarnos a costillas del trabajo que otros, tan loablemente, hacen).

Desde aquí expongo que:

Por principios morales míos, no compro ningún material en el ámbito conocido como "top manta". Pero por principios todavía más fuertes, no compro NINGÚN MATERIAL tampoco en el ámbito legal de este país, porque ME NIENGO ROTUNDAMENTE a que la SGAE viva de las costillas del consumidor general, sin rendir cuentas a nadie y sin que nadie los fiscalice de manera alguna.

Porque, a todo esto, a mí no me consta que por ejemplo Sting, o U2, o Julieta Venegas o Maná sean socios de la SGAE y, ¿por qué cobran canon sobre todos los CD's y DVD's con material intelectual que se venden en España, si no todos son socios? Le pasan un dinero a todos ellos? A Elton Jhon? A Dolores O'Riordan? A Los Tigres del Norte? ¿Por qué castigan al consumidor legal con un canon sobre una obra que se está adquiriendo como marca la ley?

Por qué castigan al usuario habitual de fuentes de almacenamiento de información, cuando la mayoría los adquirimos con fines de uso privado, es decir, para almacenar datos que nosotros mismos generamos y, cuando en todo caso, la copia privada en España es legal?

Ya que todos somos "delincuentes en potencia", propongo que los sistemas de justicia y penitenciarios españoles cobren un "canon" a todos los nuevos bebés que se generen en este país, y a los nuevos ciudadanos que lleguen de otros países, porque como "todos somos delincuentes en potencia" no tenemos por qué sufragar los españoles (o quienes pagamos impuestos en este país) los gastos que generen todos esos delincuentes en temas de juicios y almacén penitenciario, digo yo. Y otro canon para la policía, que también participa en el combate a los delitos...

Lo peor es que aquí el problema no es tanto la SGAE como el sistema legal español, que permite la existencia de dichos cánones y esos cobros indiscriminados a quienes vivimos dentro de la legalidad. Pues ya lo he dicho. Gracias a la SGAE, no compro materiales con propiedad intelectual en este país. Aprovecho cuando vamos a México y los compro allá.

Que ya les vale. Yo también quiero un chiringuito de esos, no te digo???

viernes, 20 de julio de 2007

¿ES POSIBLE EDUCAR A UN PAÍS?

Dejo esta pregunta en el aire porque yo misma no sé la respuesta. En México, la gente está acostumbrada a ver a los gobernantes como seres superiores, como si fueran de la realeza y merecieran que se les rinda pleitesía en cualquier ocasión, lugar o circunstancia.

Y es por eso que, aunque salga mucha información tanto en noticieros radiofónicos y televisivos, como en los periódicos, acerca de las “fechorías” de algunos de los señores que pueblan las sillas de los distintos ámbitos de gobierno en ese país, la gente no se inmuta. Por un lado, porque están acostumbrados a que nunca se hace nada. Por muy gordo que sea un escándalo, por muy trágica que sea una catástrofe, de todos es conocido que, aunque se cree una “fiscalía especial” para que investigue el hecho, nunca se llega a ningún resultado concluyente que lleve a la cárcel a ningún responsable ni que haga pagar a nadie por sus “errores”, su “negligencia” ni sus “crímenes”.

Por otro lado, porque eso de las manifestaciones está más que quemado y agotado. En México se defiende “la libertad de expresión” y las manifestaciones y los mítines no están “reglamentados”, como en España. De manera que ahí se manifiesta todo aquél que quiere, donde quiere, cuando quiere y, casi, como quiere. En consecuencia, la capital vive “secuestrada” por las manifestaciones y mítines de diversa índole que a diario se producen ahí, y que colapsan y entorpecen la vida diaria de los ciudadanos que intentan llevar “una vida normal” en medio de todo aquél caos de impunidad y excesos.

Entonces, eso de las manifestaciones ya no tiene ningún impacto, porque se producen todos los días, porque son como el sol…

¿Es posible educar a toda esa gente para que aprendan a tomar acciones efectivas que lleven a México a un “hacer” más limpio, eficiente y efectivo? No lo sé. Por eso lo pregunto aquí. De la misma manera que pregunto si es posible educar a los españoles, al menos a los que viven en el norte, concretamente en Vitoria, a que sean menos majaderos y más civilizados…

Porque hace pocos días, yendo yo en mi bicicleta por un bicicarril situado junto a un amplio tramo de acera apta para peatones, me topé con una mujer de alrededor de 40 años caminando tan campante por en medio del bicicarril. Y cuando me acerqué a ella osé informarle “señora, que va usted por el bicicarril”, a lo que ella, sin pensarlo un segundo, contestó de manera expedita “voy por donde me da la gana”.

En esta ciudad se presume mucho de instalaciones, de áreas verdes, de ser no nuclear, de zonas peatonales y de infinidad de recursos que redundan en el bien de la ciudadanía. Y está muy bien. La verdad es que venir de un país tercermundista en donde los impuestos no se ven por ningún lado y llegar a una ciudad llena de “dinero público invertido” abre mucho los ojos…

Desafortunadamente, todos esos recursos se quedan tristes frente a las personas que hacen mal uso de ellos, invadiendo los bicicarriles cuando se va a pie, estacionándose en los lugares destinados a los minusválidos y contestando “yo aparco donde me da la gana. ¿Qué pasa? ¿Te molesta?” a la afirmación de “tío, que ese es un lugar para minusválidos”, cuando se siguen tirando montones de basura en la vía pública, a pesar de que hay papeleras en casi todos los rincones de la ciudad, cuando se siguen vaciando los ceniceros repletos de colillas tanto por las ventanas de las casas como por las ventanillas de los coches y cuando la gente deja el coche en segunda fila, aunque tengan un lugar disponible a 5 metros, para meterse al bar a tomar un café.

Y, reanudo mi pregunta: ¿Es posible civilizar a toda esa gente?

Me parece a mí que un cambio de papeles, digamos durante un mes, en ambos sentidos, nos vendría muy bien a todos. Lástima que eso siga siendo una utopía.