miércoles, 15 de noviembre de 2006

NO SÓLO CREERNOS, TAMBIÉN SABERNOS

Llevo un montón de años oyendo que hay que dejar atrás el malinchismo y apreciar más lo nuestro. Pero, por alguna razón, parece que no lo conseguimos. No sé si es que no queremos, o no nos lo creemos. O si simplemente nos hace falta comparar (aunque las comparaciones sean odiosas) para darnos cuenta de la gran riqueza que tenemos. Otra posible razón para no percatarnos de lo que México impacta en el resto del mundo es que estemos tan inmersos en nuestras desgracias y en nuestros malos resultados de gobierno que no nos queda tiempo, energía ni cabeza para dedicarnos a apreciarnos a nosotros mismos.

No niego que la de “autoapreciarnos” puede ser una tarea que requiere grandes cantidades de energía y de atención, pero vale la pena intentarlo y, además, tenemos madera. No he estado en absolutamente todo el planeta, pero he recorrido casi todo Europa y llevo un par de años en España. Y me he dado cuenta de que México existe en el mundo muchísimo más de lo que nosotros mismos creemos. Además de encontrarme con una imagen de la Virgen de Guadalupe en Colonia, Alemania, me he topado con una importante cantidad de manifestaciones de nuestro país en diversos ámbitos, principalmente en el gastronómico.

En ese sentido, hace unos días me dio un gusto inmenso encontrarme con una noticia que hablaba de México en un periódico vasco, y encima era buena!!! Se trata del intento por parte de algunos mexicanos para que la UNESCO declare la gastronomía mexicana como patrimonio intangible y oral de la humanidad. O sea, que podríamos tener en nuestras cocinas un Taj Mahal culinario.

Entre tanta noticia trágica que invade nuestro país, a lo mejor esta iniciativa podría parecer una frivolidad. Pero no lo es. En realidad hay pocos países en el mundo que puedan saberse tan ricos en gastronomía y, sobre todo, que a través de la misma puedan ser capaces de mantener una dieta equilibrada, además de poder deleitar el paladar.

La cotidianeidad puede hacer que dejemos de apreciar nuestros mayores tesoros y aunque México tiene platillos dignos del paladar más educado, como los chiles en nogada o su gran variedad de moles, también cosas tan sencillas como los tacos o las quesadillas forman parte de ese nuestro gran tesoro.

En esta ocasión es nuestra comida la que estamos intentando homenajear, pero nos quedan infinidad de cosas más que podemos apreciar de nuestro México adolorido y que no hay en el resto del mundo, como los tianguis, los colores, la artesanía, nuestro pan dulce y hasta la manera de hablar.

Finalmente, se puede aprovechar esta ocasión noticiosa, que trasciende más allá de las fronteras mexicanas, para ver el “incidente” con Estados Unidos y nuestros dulces, supuestamente contaminados con plomo, como una oportunidad y buscar otros territorios de expansión, menos paranoicos y más cultos que nuestros vecinos del norte, sobre todo ahora que tenemos en Guadalajara la “Confitexpo”, otra dulce fuente de oportunidades para querernos más.
Mar. 03/ago/2004 22:34

0 Kalimotxos:

Publicar un comentario