miércoles, 15 de noviembre de 2006

SIN MIEL Y SIN JÍCARA

Hasta cierto punto entiendo la postura del sindicato en el conflicto del IMSS. Es un poco “anti-natura” dejar que les quiten “derechos” que tanto trabajo les costó adquirir. Lamentablemente, en este caso concreto, ya no se trata tanto de derechos, sino de realidades.

La primera realidad es que el IMSS es esclavo de un sistema de pensiones que no puede sostener ni un país del primer mundo. La segunda realidad es que los primeros afectados son los “derechohabientes”. La tercera realidad y la más importante es que, de no solucionarse este conflicto, ni derechohabientes, ni jubilados ni gobierno ni sindicatos. Todos a la calle.

Lo más triste es que todo gira en torno a los votos. Porque esta situación no estaría en este extremo de no haber existido antes alguien que viera en este irresponsable sistema de jubilaciones una gran cantidad de votos que le permitiera sacarse la lotería con algún buen hueso gubernamental. Pero echar culpas de nada sirve. Lo que hay que hacer es proponer y encontrar una solución. Pero ya.

Y eso también tendría que ser preocupación del sindicato, no sólo agarrar y decir “Pos no negocio, no negocio y no negocio!!!” y luego sacar la lengua. Sí, en efecto, es lamentable que se pierdan esas condiciones tan ventajosas de algunos jóvenes jubilados. Pero más lamentable será que ese montón de jubilados al final se queden sin nada y que todo el montón de derechohabientes que tan mal trata el IMSS también se queden sin ese deficiente servicio médico que los atiende sólo cuando están en su lecho de muerte. Y, por supuesto, también está el sindicato, que se quedará sin cuotas sindicales al carecer de trabajadores que devenguen un salario disque justo.

Como digo, entiendo su postura. Pero, lamentablemente, dicha postura no resuelve nada. Y ¿qué no se supone que la función del sindicato es resolver problemas laborales masivos? ¿Por qué no, en lugar de hacer berrinches y disque presionar al gobierno con su cerrazón de no negociar, no agarran el toro por los cuernos, estudian la situación y proponen alternativas viables que más o menos mantengan el sistema que les da de comer tan dignamente? Porque como se tarden demasiado en su berrinche, como dice el título de esta opinión, al final se quedarán sin miel y sin jícara. Seamos prácticos. Aceptemos nuestra realidad y trabajemos por mejorarla. Si el gobierno es un inepto, pues demostremos que nosotros podemos hacer mejor las cosas. Y cambiemos un poquito los vicios de este maltrecho y colorido país. Ya es hora.
Mar. 10/ago/2004 16:40

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