miércoles, 15 de noviembre de 2006

¿ADIÓS AL PELÓN?

Me refiero a ese pelón de cabellera que no es pobre y que tiene un exquisito sabor a tamarindo. La empresa estadounidense Hershey’s acaba de anunciar que comprará a la empresa jalisciense que fabrica ésta y otras golosinas, conocida en el mundo de los negocios como “Grupo Lorena”.

No se saben los detalles del acuerdo ni las razones de sus dueños para vender una empresa tan próspera. De entrada, asumimos que la principal razón de la venta se deba a que les hayan llegado al precio. Luego puede haber otras razones de carácter personal que desconozcamos.

Ante lo que ya está hecho, lo que me gustaría saber es si le van a partir su madre a ese delicioso pelón o si, por el contrario, intentarán expandir el mercado y exportarlo. Ojalá y opten por lo segundo.

Mientras tanto, se puede decir que esta transacción tenderá a lavar un poco la imagen de los dulces mexicanos ante el reciente “incidente” de la supuesta contaminación por plomo en las golosinas fabricadas en nuestro país.

Aunque los chismes no son el único ni el principal problema de la industria de la golosina. Grupo Lorena ya tiene fábricas en Brasil y Ecuador y probablemente otras empresas sigan ese camino si los azucareros no corrigen el rumbo. El precio de la materia prima es, probablemente, el más caro del continente y esto se debe en gran parte a que los azucareros especulan con su producto y lo “guardan” para producir su encarecimiento. ¿Qué les da derecho a hacer eso? Pues que el gobierno los protege impidiendo la importación de azúcar “barata”. Aunado a esto, ingresan en el país golosinas con aranceles cero, lo que genera inequidad en la competencia de nuestras dulceras.

Le doy a los azucareros el beneficio de la duda y asumo que lo de especular, más que por gandallas, lo hacen por necesidad. Sin embargo, los conmino a pensar en la situación y buscar una forma de trabajo que genere equidad y mejores condiciones de negociación para todos. Porque si las empresas dulceras se van a otros países, no sólo una gran cantidad de mexicanos perderán su empleo, sino que ustedes, azucareros, no tendrán a quién venderle ese producto que con tanto recelo “administran” en cantidad.

Tenemos una gran fuente de riqueza en el campo de los dulces. No matemos a la gallina de los huevos de oro. Cuidémosla y estudiemos la posibilidad de ampliar su distribución a mercados como el europeo, en donde no conocen otra cosa que las gomitas y los caramelos. Vamos, un terreno prácticamente virgen para los chilitos, pellizcos, ates y dulces de tamarindo y arrayán.
Mar. 17/ago/2004 20:06

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