viernes, 20 de julio de 2007

¿ES POSIBLE EDUCAR A UN PAÍS?

Dejo esta pregunta en el aire porque yo misma no sé la respuesta. En México, la gente está acostumbrada a ver a los gobernantes como seres superiores, como si fueran de la realeza y merecieran que se les rinda pleitesía en cualquier ocasión, lugar o circunstancia.

Y es por eso que, aunque salga mucha información tanto en noticieros radiofónicos y televisivos, como en los periódicos, acerca de las “fechorías” de algunos de los señores que pueblan las sillas de los distintos ámbitos de gobierno en ese país, la gente no se inmuta. Por un lado, porque están acostumbrados a que nunca se hace nada. Por muy gordo que sea un escándalo, por muy trágica que sea una catástrofe, de todos es conocido que, aunque se cree una “fiscalía especial” para que investigue el hecho, nunca se llega a ningún resultado concluyente que lleve a la cárcel a ningún responsable ni que haga pagar a nadie por sus “errores”, su “negligencia” ni sus “crímenes”.

Por otro lado, porque eso de las manifestaciones está más que quemado y agotado. En México se defiende “la libertad de expresión” y las manifestaciones y los mítines no están “reglamentados”, como en España. De manera que ahí se manifiesta todo aquél que quiere, donde quiere, cuando quiere y, casi, como quiere. En consecuencia, la capital vive “secuestrada” por las manifestaciones y mítines de diversa índole que a diario se producen ahí, y que colapsan y entorpecen la vida diaria de los ciudadanos que intentan llevar “una vida normal” en medio de todo aquél caos de impunidad y excesos.

Entonces, eso de las manifestaciones ya no tiene ningún impacto, porque se producen todos los días, porque son como el sol…

¿Es posible educar a toda esa gente para que aprendan a tomar acciones efectivas que lleven a México a un “hacer” más limpio, eficiente y efectivo? No lo sé. Por eso lo pregunto aquí. De la misma manera que pregunto si es posible educar a los españoles, al menos a los que viven en el norte, concretamente en Vitoria, a que sean menos majaderos y más civilizados…

Porque hace pocos días, yendo yo en mi bicicleta por un bicicarril situado junto a un amplio tramo de acera apta para peatones, me topé con una mujer de alrededor de 40 años caminando tan campante por en medio del bicicarril. Y cuando me acerqué a ella osé informarle “señora, que va usted por el bicicarril”, a lo que ella, sin pensarlo un segundo, contestó de manera expedita “voy por donde me da la gana”.

En esta ciudad se presume mucho de instalaciones, de áreas verdes, de ser no nuclear, de zonas peatonales y de infinidad de recursos que redundan en el bien de la ciudadanía. Y está muy bien. La verdad es que venir de un país tercermundista en donde los impuestos no se ven por ningún lado y llegar a una ciudad llena de “dinero público invertido” abre mucho los ojos…

Desafortunadamente, todos esos recursos se quedan tristes frente a las personas que hacen mal uso de ellos, invadiendo los bicicarriles cuando se va a pie, estacionándose en los lugares destinados a los minusválidos y contestando “yo aparco donde me da la gana. ¿Qué pasa? ¿Te molesta?” a la afirmación de “tío, que ese es un lugar para minusválidos”, cuando se siguen tirando montones de basura en la vía pública, a pesar de que hay papeleras en casi todos los rincones de la ciudad, cuando se siguen vaciando los ceniceros repletos de colillas tanto por las ventanas de las casas como por las ventanillas de los coches y cuando la gente deja el coche en segunda fila, aunque tengan un lugar disponible a 5 metros, para meterse al bar a tomar un café.

Y, reanudo mi pregunta: ¿Es posible civilizar a toda esa gente?

Me parece a mí que un cambio de papeles, digamos durante un mes, en ambos sentidos, nos vendría muy bien a todos. Lástima que eso siga siendo una utopía.


3 Kalimotxos:

Anónimo dijo...

Creo que, en general, la gente del otro lado del charco es más educada en lo que corresponde a trato personal, a lo que llamamos, o llamábamos, "urbanidad". Ya no se si el "palabro" existe en los diccionarios actuales. También utilizan el lenguaje de modo más rico y con más respeto. Pero sin embargo algunos (¿muchos?) no tienen lo que yo llamaría "educación colectiva" o "conciencia social": el grado de corrupción es muchísimo mayor que aquí (en todos lados cuecen habas, que conste) posiblemente porque han sufrido una panda de ladrones como gobernantes durante mucho tiempo. Recordando el dicho que tenemos los dirigentes que nos merecemos el educar al pueblo redunda en dirigentes menos chorizos. No se si podemos civilizar a un colectivo grande, pero un ejercicio interesante sería traer aquí a 200.000 mexicanos e intercambiarlos durante un mes por otros 200.000 vitorianos. A ver qué pasa.

Suza dijo...

Es precisamente a lo que yo me refería. Hacer un cambalache de personas de manera que, quienes vengan, se den cuenta de lo que se puede lograr con los impuestos y de que los gobernantes son simples mortales, como nosotros, y los que vayan se den cuenta de que carecen casi por completo de modales... =)

Luego falta que no pase al revés... =/

Anónimo dijo...

Suza, educar a un país es absolutamente imposible. Mira a España

Besos

Yoko

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