jueves, 28 de junio de 2007

MANÍAS

Pudiera ser cosa de todas las familias, pero yo sólo lo he visto en la mía. Al menos manías tan destacadas como tener una taza específica para equis cosa, o una cuchara que es "MI cuchara". Mi abuelo tenía su cuchara sopera. Había un gran caos a la hora de la comida si la cuchara que estaba "en su lugar" no era ESA cuchara. Su lugar era "SU” lugar y tenía su silla concreta. Al igual que mi abuela. Que nadie osara sentarse ahí ni en esa silla...

También en la sala tenía "SU" lugar, junto a la ventana, donde leía el periódico todos los días. Si llegaba una visita y mostraba la intención de sentarse en el lugar de mi abuelo, de inmediato se le convidaba a sentarse en otro lugar que no fuera ese, porque "ahí se sienta mi marido".

Así que yo, cuando me vi en la, ahora sí, certera intención de dejar el hogar materno, una de mis primeras tareas fue la de buscarme sustitutos para ciertas cosas. Empecé por "la taza de los huevos tibios", que afortunadamente encontré en Florencia. Una muy parecida a la que usaba en casa de mi madre. La compré de inmediato. Hasta la fecha, la uso sólo para comer huevos tibios o crudos. Me faltaba la cucharita. Esta última la encontré en un chinódromo, que es como llama mi marido a los bazares chinos.

Lo más curioso del caso es que mi madre usaba la misma taza y la misma cuchara para la misma cosa. Pero de eso me enteré hasta que volví al hogar materno, como año y medio después de vivir fuera de México.

Todo esto viene a cuento porque el otro día me cargué mi taza “del café”. La despostillé del borde. Pero es mi taza del café, demonios!!! Guardé los pedacitos y los pegué con “Kola-Loka” o “Súper Glú (o Loctite. Aquí tiene muchos nombres el pegamento ese)”, según de qué lado del charco me leas. Ahora el borde es un poco rasposo. Pero sigue siendo mi taza del café. También tengo otra, que es mixta. O sea, la uso para el “Cola-kao” o “Choco-milk” y para los tés.

De México me traje también unos vasos grandotes, que allá usaba para el “Choco-milk”. Esto cambió aquí a raíz de que me puse a dieta y tuve que empezar a controlar cantidades. Esos vasos, sin embargo, son útiles también para preparar micheladas.

Cuando fui a Galicia a limpiar petróleo, a cuenta de lo del Prestige, el alcalde de Noia nos regaló a todos los voluntarios un plato artesanal de ahí. Y ese es “el plato del pan”. Quedó para eso, por aquello de no usarlo con cubiertos y no rallarlo. Y es un buen plato del pan.

Hace tiempo que le digo a mi madre que soy un poco Monk. El personaje me recuerda mucho a mí, sobre todo en la presentación, cuando aparece pisando en un caminito de piedras sólo por donde no hay rallas. Yo recuerdo que hacía algo así de niña, pero no estoy segura de si era en casa de mi abuela o en dónde. Pero siempre que pasaba por el caminito ese evitaba pisar las rallas. Aunque mi madre tuviera prisa, caminaba por ahí dando brinquitos. Pero me rehusaba a pisar las rallas. ¿?

Pues eso. Ahora el mundo ya sabe que vivo a merced de la vajilla. Cuando se despostilló mi taza del café, mi marido sugirió: “habrá que buscar otra”. Yo contesté: “Pero si es mi taza del café!!!”. Por eso la pegué y por eso la sigo usando. Habrá que viajar más y buscarme un repuesto, supongo (no recuerdo dónde la compré, pero ninguna de las 3 tazas es de Vitoria, aunque sólo la de Florencia es de fuera de España).

Mi buena suerte radica en que mi marido me acepta con todo y mis manías y me las respeta. Falta ver, si se nos ocurre multiplicarnos, que nuestros vástagos hereden alguna manía. Habrá que estar preparados.

Un besazo a los que tienen vajilla uniforme.

3 Kalimotxos:

Anónimo dijo...

Yo sólo tengo cuatro manías:

1.- Siempre compruebo si la guitarra está afinada con la misma sucesión de notas

2.- Las galletas que me como en un desayuno tienen que ser pares

3.- Si lo que desayuno son magdalenas, deben ser impares

4.- Procuro ir a un lugar por un camino y no volver a tomar el mismo en el regreso

Salvo estas pequeñas cosas, no soy un maníaco jejejejeje

Suza dijo...

Y yo que me sentía pariente de Monk... Tú tienes una fijación que yo, de momento, sólo conozco en mi madre (y en Monk, por supuesto) que es la de contar las cosas.

La última vez que estuvo en mi casa me dijo "Qué de monos tienes! Son 11!". Yo nunca los había contado y, desde luego, sólo cuento lo que me como cuando estoy a régimen. Igual por eso engordo... ¬¬

Anónimo dijo...

¡Hola!

¿Qué es eso de "tildar" las manías como si fueran algo negativo? ... ¡¡para nada!! ... son atributos que os hacen diferentes ... ¡¡con el valor que tiene eso ahora!!.

¡Por cierto Yvenna!, eso de que ninguna de tus tazas es de Vitoria, no será una excusa para organizarte un viaje ¿verdad? ... jajaja ... ¡seguro que no la necesitas!

Besitos

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